NUESTRO TIRGO
Lo que tenemos para vender, para comprar, para vivir. Eso que crece al borde de las rutas por kilómetros y kilómetros….
Lo que se sembró por generaciones; por lo que se vivió y por lo que se luchó como se lucha en el campo: trabajando más, arriesgando más.
El trigo por y con el que trabajaron nuestros abuelos los paisanos, los viejos, nuestra generación, los chicos a los que les sigue gustando el campo frío, barroso, calcinante..
El trigo por y con el que trabajaron nuestros abuelos los paisanos, los viejos, nuestra generación, los chicos a los que les sigue gustando el campo frío, barroso, calcinante..
Parece que esa palabra se ha vuelto sucia y hay que hacerla desaparecer…Solo sirve el trigo que les sirve a ellos…y nosotros, los que sabemos de que se trata ¿nos vamos a quedar así, tan callados?
Es nuestra flor sagrada .Quiero respeto: por ella, por sus sembradores
Y a ellos les pregunto, ¿no es hora de que la defendamos? ¿Que se espera? ¿Que desde allá, desde el único lugar protegido y seguro suban o bajen el pulgar?
Se acuerdan de los gladiadores tirados en el circo romano esperando que el emperador baje o suba el pulgar que los mataría o les daría la vida?
¿Les recuerda algo?
Quienes son los emperadores siempre protegidos? ¿quiénes los luchadores? Vamos a seguir permitiendo que decidan con el pulgar? Sin lógica, sin explicación, sin bondad?
Está bien, está bien…hago la pregunta…¿Por qué? ¿Por que se boicotea la producción triguera? Por que se anuncian medidas tranquilizadoras que no se cumplan jamás?
¿Tal vez haya alguna sagrada razón de Estado que el pueblo chacarero no comprende?….Si es así, sería bueno saberlo. Y si hay algo que decir, que se diga como se dice la verdad: en la cara y de manera sencilla. Sobre todo eso: sencillamente, porque la verdad se alumbra por sí misma y no necesita discursos ni números complicados.
Pero sospecho que a esta pregunta casi ingenua, todos le conocemos la respuesta…y es casi increíble, por lo necia..
Me pregunto: si salimos por las retenciones, si pudimos salir como una ola fuerte y justa a cortar rutas, a hablar en los medios por que cuando se hablaba “del campo” sentíamos que hablaban de nosotros; si sabíamos que ese campo del que hablaban desde el poder, no era el campo nuestro, si toda esa injusticia machacada, vociferada, prepotente y mentirosa nos hizo salir, ¿qué estamos esperando ahora?
¿No quedó voz, no quedó valor?
Creo que el tiempo de esperar ha pasado, ya ha pasado hace un buen rato.
Me está pareciendo paisanos, que es el tiempo de salir a juntarse y pensar como nos hacemos escuchar otra vez..
Graciela, Productora por 3° generacion de Coronel Dorrego.
